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Una mala administración puede destruirlo todo.

Podría apuntarse que uno de los aspectos más desafiantes y complicados de la vida familiar es el hecho de administrar las finanzas familiares. A pesar de que todas las personas desean ser capaces de solventar flexible y adecuadamente a sus parejas, y poder brindarles a sus hijos una vida cómoda y buena; es realmente importante ser realista con respecto a lo que verdaderamente podemos permitirnos teniendo en cuenta nuestras finanzas.

Hoy día, nos encontramos en una de las etapas que personalmente considero más difícil económicamente para todo el mundo, pero sobre todo para los matrimonios y más aún para aquellos que tienen hijos; ya que esta fecha es de mucha tensión y ansiedad por los aprietos con el dinero a causa de los gastos realizados en las vacaciones de verano y por los pagos aglomerados correspondientes a la educación de los hijos para el nuevo año escolar.

Es por esta razón que considero que una de las mejores maneras de lograr que su familia salga a flote en estos momentos difíciles, es planificando todo de antemano, informándose con anterioridad sobre los costos de todos sus planes y compromisos para comenzar a prepararse con bastante antelación para cuando llegue ese momento.

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Esto es trascendental cuando hablamos de ahorrar para la educación de los hijos, ya que los precios de sus útiles y materiales serán cada vez mayores. Con las matrículas escolares en constante aumento, ahora más que nunca es el mejor momento para informarse acerca de los diferentes tipos de planes de inversión disponibles para su familia.

Para esto, es preciso estudiar los conceptos financieros más relevantes que un responsable de familia debe conocer y aplicar con el fin de optimizar los ingresos de su hogar, de manera que pueda administrar sus gastos mensuales, comprando de la forma más económica, utilizando los medios de pagos más convenientes, y conociendo las técnicas de reducción de gastos y ahorro con el objeto de salir adelante ante situaciones de endeudamiento o imprevistos.

Por eso quiero recalcar la importancia de dividir las tareas financieras entre la pareja, puesto que el manejo del dinero es trabajo de los dos. La responsabilidad en el control de las finanzas es una tarea a compartir. El que se especialice en las matemáticas puede ir tomando nota de los ingresos y egresos, y quien tenga cualidades de orden puede recolectar y ordenar todos los recibos y facturas, de manera que el trabajo económico sea en conjunto, ya que el compartir esta responsabilidad puede recompensarle y hacer más equilibrada y satisfactoria la relación con su pareja.

Esto sólo se pudiera lograr si se propone mantener una comunicación abierta con su pareja, es importante que comenten e interactúen sobre la filosofía de cada uno para el manejo del dinero. Hablen sobre cómo satisfacer las perspectivas monetarias de ambos, salvando las diferencias. Para esto pueden fijarse metas de forma conjunta. Asegúrense de que las necesidades de cada persona sean satisfechas de la mejor manera posible en virtud de sus capacidades financieras, desarrollando un plan para lograr esos objetivos sin afectar la calidad de vida de ambos.

Hay que recordar que las diferencias en el manejo de las finanzas familiares son una de las principales causas de divorcio, por lo que la comunicación, la planificación temprana y las conversaciones francas sobre los asuntos de dinero son clave para la armonía económica. Así como también es elemental el que ambos miembros de la pareja participen con igual peso en las decisiones financieras, sin importar quien sea el proveedor; y si cada uno posee cuentas a controlar y tarjetas de crédito a su nombre, mejor aún, para que de esta forma los dos intervengan en los gastos y consumos.

Mantengan una buena comunicación. Sus planes como pareja deben ser flexibles y se deben reevaluar por lo menos una vez por año, para estar seguros de que aún tienen las mismas metas y que siguen estando cómodos con sus planes y con las acciones necesarias para llegar a esas metas. Si encontraran algo en lo que no pueden ponerse de acuerdo, busquen ayuda profesional antes de que la situación llegue a ser imposible de rectificar.

Por Kedmay Klinger / Psicóloga