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Al terminar un agitado día de trabajo, todos deseamos llegar a la casa a relajarnos, descansar y disfrutar con la familia. Pero para los padres de niños pequeños, regresar a la casa después del trabajo, es muy a menudo un reto: Nuestros hijos pequeños nos esperan ansiosos y demandan toda tu atención, desde el primer minuto en que entras por la casa hasta que te duermes.

La forma en que manejas los primeros 15 minutos después de llegar a casa es clave para el desenvolvimiento del resto del día. Si te haces cargo de la situación con que tus hijos te reciben en la casa de una manera positiva como de “yo tengo un plan”, la posibilidad de drama y quejas disminuye. Trata de adoptar una estructura con la que tus hijos puedan contar, pero que también les brinde el tiempo que están buscando. Ignorar sus intentos de comunicación solamente conduce hacia un comportamiento en busca de más atención, así que también debes iniciar la interacción inmediatamente se encuentren y se saluden. Estas indicaciones pueden ayudarte a ti y a tus retoños a reconectarse, y ayudar a todos a tener una noche satisfactoria.

Pasos a seguir para tener una noche satisfactoria en familia después del trabajo:

Enfócate en ellos primero.Deja las cosas que traes en las manos y comienza el ritual. Dedica 15 minutos para reencontrarte con tus hijos que te esperan ansiosos. Utiliza este tiempo para sentarte a jugar con tus hijos y hacerles cosquillas, o pregunta acerca de sus días y discutan qué colación les gustaría tener mientras preparas la cena. Luego trata de ocuparlos con una actividad que realicen por sí solos o que jueguen uno con entre hermanos. Esto les enseña a comenzar a depender de ellos mismos durante los momentos de transición, más que contar únicamente con los padres. Además se darán cuenta de que sus juguetes son interesantes o de que el hermano o hermana es más divertido que tú.

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Permite que sean tus pequeños ayudantes. Mientras estás preparando la comida, pídele a tus hijos que colaboren en cosas simples: Preparando un jugo, colocando el servicio en la mesa o “leyendo” el uno al otro algún libro de ilustraciones. Nunca subestimes lo que uno de tus hijos son capaces de hacer. Muchos niños son más felices cuando están ocupados y, en efecto, ¡son mejores “ayudantes” que muchos adolescentes! El ayudarte en la cocina o cuidar de su hermano menor, le huele a responsabilidad y madurez, eso ayuda a los menores a sentirse competentes.

Mantén un plan.Es importante que tengan una rutina nocturna que tú y tus hijos sigan y con la que todos puedan contar. Cena, baño, cepillar los dientes, leer un cuento y luego la cama con abrazos y besos, hacen que el final del día sea placentero.

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